¿Y si jugar solo no es estar solo?

¡Vaya paradoja! Mientras tú leías esto, yo estaba en mi sofá de Madrid… jugando Dragon Tiger con el corazón en vilo y el bankroll al límite. Pero no por miedo al fracaso… sino por miedo a que alguien me dijera: “¡Oye, qué triste!”.

Resulta que la clave no está en ganar más dinero… sino en no perder tu alma. El 2% del bankroll, el ‘Gold Flame Drum’, los eventos x3… todo eso suena como un manual de supervivencia para psicópatas.

Pero lo más chulo: ¡el juego también puede ser un abrazo! Cuando el sistema te bloquea por superar tu límite… ¿no es como una amiga que dice: “Cariño, respira”?

¿Cuándo fue la última vez que te sentiste visto mientras jugabas solo? 🫶

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